La mente de un escritor es
compleja, a veces demasiado… No hay nada que ellos no puedan observar sin sacar
varias conclusiones de las cuales, y no pocas veces, puede nacer la primera
nota de inspiración para una historia extraordinaria. Pero entre todos esos
lugares, objetos, personas, situaciones… Hay algunos capaces de despertar esos
mismos sentimientos en la mente de todos los mortales, sentimientos que pueden
convertirse en miedo una vez estés rodeado de su “magia” y que, incluso, te
obligue a tapar tu cabeza por completo con el edredón una vez te veas de nuevo
solo en tu habitación.
Lugares como estos hay muchos, es
cierto, cualquier escritor que este leyendo esto lo sabrá, pero hoy quiero
hablaros de uno que visité hace poco, y aunque no era la primera vez que me
encontraba entre sus muros, esta vez su historia despertó en mi las ganas de
escribir este relato cuya protagonista poco me falto para poder ver con mis
propios ojos. La Torre de Londres.
Fue rodeada por las piedras de la
primera muralla que lo rodea cuando empecé a escribir estas líneas, mires donde
mires, empezando por esos seis negros cuervos que intentan mantener la
existencia de la monarquía británica, hasta la imponente torre verde rodeada de
susurros del pasado… Todo es inspiración, pero para ver algunas cosas hay que
saber dónde mirar…
¡Espero que lo disfrutéis!